Economia
Francia está pasando gradualmente de una economía moderna con una extensa propiedad gubernamental e intervención a una economía es impulsada por la dinámica del mercado. Cada vez más industrias y servicios se están privatizando, incluyendo grandes empresas, bancos y aseguradoras.
El gobierno mantiene una fuerte presencia en algunos sectores, sobre todo energía, el transporte público y las industrias de defensa. El sector de las telecomunicaciones gradualmente se abre a la competencia.
Con al menos 84.7 millones de turistas al año, Francia es el país más visitado del mundo y mantiene el tercer mayor ingreso en el mundo por turismo. Francia tiene una importante industria aeroespacial y es el principal productor y exportador agrícola de Europa.
En 2006 el gobierno francés introdujo medidas que trataron de impulsar el empleo a través de una mayor flexibilidad del mercado laboral. La presión fiscal, sin embargo, sigue siendo una de las más altas de Europa (casi el 50% del PIB en 2005). A pesar de tener una alta productividad, Francia sufre las secuelas de treinta años de desempleo masivo, que ha reducido de manera significativa el tamaño de la población activa. La moneda francesa es el euro.
Moneda de Francia
El Euro € es la moneda oficial de Francia. Moneda de toda la zona Euro y de Andorra, El Vaticano, San Marino y Mónaco, además de ser oficial de facto en Kosovo y Montenegro, el Euro facilita el comercio, los intercambios y el turismo en toda Europa.
Para los europeos que gozan del Euro, las ventajas son evidentes si tienen la costumbre de atravesar fronteras, ahora invisibles, o si realizan compras por Internet, etc. Sin embargo, la parte negativa ha sido una cierta equiparación de los precios también a nivel internacional. El paso de las monedas nacionales, el franco, la peseta, el marco o la lira fue aprovechado para redondear los precios, siempre al alza, con la consecuencia de un aumento inflacionario no siempre contrastado el IPC. Así pues, hoy, los precios de París o Niza son muy similares a las precios de Barcelona, Madrid o Bilbao.
Una cuestión importantes que no se debe olvidar, es que en Francia no hay tantas oficinas bancarias como en España. En París es relativamente fácilmente encontrar un banco, pero ni mucho menos en la cantidad de cualquier ciudad de provincia española. En el resto de Francia, los bancos son raros y en muchos pequeños pueblos casi no existen. La Poste, los correos franceses, suelen tener cajeros automáticos y por lo tanto pueden ser una buena alternativa en las pequeñas ciudades.
El Euro sustituyó al franco francés en un período de tres años, entre enero de 1999 y enero de 2002. Hoy en día las anteriores divisas nacionales han desaparecido por completo de la circulación y, casi, de la memoria. El Euro es, a pesar de todo, uno de los estandartes de la construcción europea.
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